
Cuando acaban las fiestas de Torres, hacia finales de septiembre, los 634 cooperativistas de Santa Isabel empezamos a examinar con precisión cada una de nuestras olivas para ver qué árboles se recolectarán primero, dónde está la aceituna más adelantada y cuándo podremos empezar con la recolección.
A mediados de otoño la cooperativa abre sus puertas y empieza la temporada para la que nos hemos estado preparando durante todo el año:
La recolección. Cada agricultor con su familia recoge el fruto de sus árboles –para hacer Señorío de Camarasa solo se utiliza la aceituna del árbol, lo que nosotros llamamos aceituna de vuelo– y, cada día, al ponerse el sol, lleva lo recolectado a la cooperativa de Santa Isabel donde José y Paco reciben cada partida, la pesan y eliminan las hojas que vienen con el fruto.
Inmediatamente pasa al molino que supervisa Manuel, nuestro maestro molinero, y tras molerla mecánicamente se separa el hueso y la piel del fruto que dará lugar al aceite gracias a un respetuoso proceso de centrifugación. Nuestro equipo de molineros trabaja en turnos para cubrir las 24 horas del día y que ninguna aceituna pase más de 24 horas desde que se recoge hasta que se convierte en zumo.
Ya tenemos el aceite sin filtrar o en rama que tan de moda está hoy en día.
Para ponerlo a la venta nuestra cooperativa lo filtra asegurando así su mejor conservación.